El pueblo de Santa María Ahuacatilán en Morelos, nos ha visto crecer a lo largo de los años. Nuestras galletas están hechas con el amor y las manos de las mujeres que ahí habitan y que son pilares económicos de su familia y hogar. Cada mordida no solamente representa ese sabor explosivo de los ingredientes de primera calidad que utilizamos, sino también es darle la oportunidad a mujeres mexicanas de tener un proyecto de vida que les garantice un futuro próspero.